NOVUM MEMORAE (es translation)

Salvo contadas excepciones, no hay arte religioso contemporáneo propiamente tal en Chile. Sin embargo, la evocación mística –instancia preeminente y consustancial al espíritu religioso– subyace en distintas piezas, cuando no en conjuntos mayores, de la obra de varios artistas nacionales. Al decir de algunos teólogos, aquella percepción inefable y desde ya escasísima que se produce en un momento dado ante una determinada obra de arte podría aproximarse a la percepción mística de lo divino. El artista, entonces, suele generar estos espacios de contacto con la divinidad, si bien ello sucede más durante el ejercicio de su arte que en la concepción de éste.

El propósito de esta exposición es descubrir la inmanencia mística en la obra de un conjunto de artistas que, sin buscar necesariamente lo divino, lo encuentran en un proceso íntimo en que se sustraen por instantes de los mecanismos intelectuales y formales que dirigen la ejecución de una pieza determinada. No obstante la ocurrencia imprevista o espontánea de este acontecimiento, podemos reconocer que los objetivos o la temática de los autores convocados suelen desenvolverse en un contexto propicio para ello suceda, y de allí su selección para esta muestra.

Las referencias para la lectura de las obras son esencialmente de fuente judeocristiana, donde convergen el monoteísmo, la idea del cielo y el infierno como devenir escatológico, los ritos y rituales asociados, y también algunos signos y protagonistas clave, como el tetragrama YHWH o la pasión de Cristo y sus seguidores. En la sala de acceso se han dispuesto algunas obras introductorias e inductivas a la incumbencia de la exposición, mientras en la sala principal están las obras mayores de seis de los diez artistas participantes. El muro principal permanece vacío, en atención a la inmanencia de lo divino y su ausencia tangible.

Mario Fonseca
Marzo de 2008

NOVUM MEMORAE: En esta obra la memoria no se reconstruye a partir de fragmentos residuales desprendidos y coleccionados de las instalaciones anteriores , sino que se presenta a partir de imágenes: una imagen fija y una imagen en movimiento que captura una accion en la cual -con un encuandre fijo y desde una vista superior- aparecen las artistas desprovistas de su propia identidad, personajes anónimos, sin cuerpo y sin rostro, cuya presencia solo se explica por la necesidad de hacer aparecer, develar lo que se esconde bajo un paño, intentando inútilmente atrapar en huellas de grafito que se desvanecen una y otra vez, sin llegar a mostrar el objeto oculto bajo un manto. Las artistas no llegan a presentarse totalmente, sólo se intuye su presencia por la acción que relata la imagen y por las manos que de ellas vemos. Son figuras anónimas, cuyo anonimato parece revelarse al espectador por la cercanía, delicadeza y obsesión con que se desenvuelven en la escena capturada.

Es de esta manera como la memoria de las obras pasadas se constituye en una NOVUM MEMORAE, NUEVA MEMORIA, al despojarse de cualquier residuo material, objeto, fragmento que la vuelva a reconstruir parcialmente, sólo se trae a escena una imagen que devela sólo en parte su origen para asumir la pérdida de su locación, la distancia temporal y el olvido. Imagen fijada en una fotografía y en un video que son en si misma una traducción de un evento pasado y un comienzo nuevo.